...
Los cambios siempre suponen enfrentarse a los miedos. Los cambios incomodan a la gente que se ve apartada del lugar donde se sentían como en casa. Esta pérdida de la familiaridad hace que tomen una actitud defensiva: reacción natural ante el miedo. Amenazados por la incertidumbre de lo nuevo a venir, a las personas suele tomarles un tiempo asimilar los cambios: entender los ¨por qué¨ y realizarlos con convicción y compromiso. Durante el proceso de cambio, se atraviesan diferentes momentos en los que se reacciona de determinada manera según en qué etapa de asimilación se encuentre. Entender este proceso hará que se lleve un mejor control de las situaciones que irán apareciendo.
Para decirlo de alguna manera, la reacción habitual es la que se tendría al romper una relación que era importante para nosotros.
1. No, no creo que suceda.
La negación es la primera reacción frente a los cambios. Negarse a los hechos y esperar que todo vuelva a la normalidad luego del siguiente parpadeo. Algunas de las frases que más oirá en esta primera etapa serán:
Sí, ya pasamos por esto. El año pasado también quisieron implementar una política parecida pero seguimos como siempre.
¨Otra ´brillante´ idea de los jefes. ¨
¨Va a suceder como siempre. Van a intentar ponerla en práctica por unos seis meses hasta que se cansen y todo vuelva a la normalidad.¨
¨Hasta que no lo vea no lo creo¨
Durante esta etapa, las personas combaten su miedo convenciéndose de que el cambio nunca llegará. Las adaptaciones son siempre molestas y por es una reacción natural es querer evitarlas.
Entender que el futuro será distinto es algo traumático. Planear los cambios necesarios para enfrentar el futuro significa asimilar que el presente no siempre será así. Sólo cuando las primeras pruebas de que el cambio ha llegado se presenta ante sus ojos, las personas comienzan a salir de esta etapa. Y muchas veces, ni siquiera así dejan de negarlo.
2. Resistencia
Cuando ya es imposible negar lo que está sucediendo, las personas suelen enojarse ante la nueva situación. Este enfado se suma a una resistencia, a veces cubierta a veces no, a llevar a cabo las nuevas tareas. Aquí se decide la mayor parte del resultado del proceso. Se necesita alguien que guíe a las personas a través de esta etapa. Si se falla aquí, tal vez nadie recuerde los cambios que quisieron implementarse pero sí recordarán que estaban enojados y señalarán por mucho tiempo al responsable.
Se oirán frases como:
¨¿Qué se piensan que están haciendo?¨
¨¿Por qué quieren molestarnos ahora?¨
¨¿Qué estaba mal con lo que hacíamos antes?
¨¿Por qué el jefe deja que nos hagan esto?¨
Seguramente escucharán algunos comentarios algo más fuertes, pero no hay necesidad de citarlos aquí.
3. Aceptación
Aquí, luego de dejar de negarse y apartando algo el enojo que sentían, comenzarán a realizar los cambios. Tal vez aún estarán enfadados pero las funciones son cumplidas como se les ha pedido. Comienzan a entender los ¨por qué¨ y están a la espera de lo que traerá el futuro. Tal vez comiencen a pensar en las posibilidades de la nueva situación. Una actitud más abierta ayudará al trabajo en equipo para proyectar las nuevas tareas.
Aquí se oirán comentarios parecidos a estos:
¨Tal vez no es algo tan malo¨
¨Debemos seguir trabajndo¨
¨Ya saldremos de esto¨
4. Convencidos y comprometidos
Aquí se verán los resultados del esfuerzo. Comenzarán a trabajar para que los cambios realizados funcionen. Ya saben que ha sucedido, viven los cambios como su presente y desean que funcionen. Aunque algunos cambios jamás serán asimilados, las personas estarán convencidas y comprometidas en hacer el trabajo lo mejor posible dentro de las posibilidades que la nueva situación permite.
Conclusión
1)Los cambios son siempre procesos. No piense que ¨sólo hay que implementarlos¨, ¨ya se adaptarán¨. Tampoco reaccione en forma agresiva al encontrarse con algo de resistencia.
2) Un cambio de importancia siempre implica resistencia, de modo que si no la encuentra quiere decir que está escondida. Los conflictos que no son tratado son los más peligroso, porque pueden explotar en el momento menos esperado. Sea inteligente al tratar con personas enfadadas, no se deje llevar.
Para decirlo de alguna manera, la reacción habitual es la que se tendría al romper una relación que era importante para nosotros.
1. No, no creo que suceda.
La negación es la primera reacción frente a los cambios. Negarse a los hechos y esperar que todo vuelva a la normalidad luego del siguiente parpadeo. Algunas de las frases que más oirá en esta primera etapa serán:
Sí, ya pasamos por esto. El año pasado también quisieron implementar una política parecida pero seguimos como siempre.
¨Otra ´brillante´ idea de los jefes. ¨
¨Va a suceder como siempre. Van a intentar ponerla en práctica por unos seis meses hasta que se cansen y todo vuelva a la normalidad.¨
¨Hasta que no lo vea no lo creo¨
Durante esta etapa, las personas combaten su miedo convenciéndose de que el cambio nunca llegará. Las adaptaciones son siempre molestas y por es una reacción natural es querer evitarlas.
Entender que el futuro será distinto es algo traumático. Planear los cambios necesarios para enfrentar el futuro significa asimilar que el presente no siempre será así. Sólo cuando las primeras pruebas de que el cambio ha llegado se presenta ante sus ojos, las personas comienzan a salir de esta etapa. Y muchas veces, ni siquiera así dejan de negarlo.
2. Resistencia
Cuando ya es imposible negar lo que está sucediendo, las personas suelen enojarse ante la nueva situación. Este enfado se suma a una resistencia, a veces cubierta a veces no, a llevar a cabo las nuevas tareas. Aquí se decide la mayor parte del resultado del proceso. Se necesita alguien que guíe a las personas a través de esta etapa. Si se falla aquí, tal vez nadie recuerde los cambios que quisieron implementarse pero sí recordarán que estaban enojados y señalarán por mucho tiempo al responsable.
Se oirán frases como:
¨¿Qué se piensan que están haciendo?¨
¨¿Por qué quieren molestarnos ahora?¨
¨¿Qué estaba mal con lo que hacíamos antes?
¨¿Por qué el jefe deja que nos hagan esto?¨
Seguramente escucharán algunos comentarios algo más fuertes, pero no hay necesidad de citarlos aquí.
3. Aceptación
Aquí, luego de dejar de negarse y apartando algo el enojo que sentían, comenzarán a realizar los cambios. Tal vez aún estarán enfadados pero las funciones son cumplidas como se les ha pedido. Comienzan a entender los ¨por qué¨ y están a la espera de lo que traerá el futuro. Tal vez comiencen a pensar en las posibilidades de la nueva situación. Una actitud más abierta ayudará al trabajo en equipo para proyectar las nuevas tareas.
Aquí se oirán comentarios parecidos a estos:
¨Tal vez no es algo tan malo¨
¨Debemos seguir trabajndo¨
¨Ya saldremos de esto¨
4. Convencidos y comprometidos
Aquí se verán los resultados del esfuerzo. Comenzarán a trabajar para que los cambios realizados funcionen. Ya saben que ha sucedido, viven los cambios como su presente y desean que funcionen. Aunque algunos cambios jamás serán asimilados, las personas estarán convencidas y comprometidas en hacer el trabajo lo mejor posible dentro de las posibilidades que la nueva situación permite.
Conclusión
1)Los cambios son siempre procesos. No piense que ¨sólo hay que implementarlos¨, ¨ya se adaptarán¨. Tampoco reaccione en forma agresiva al encontrarse con algo de resistencia.
2) Un cambio de importancia siempre implica resistencia, de modo que si no la encuentra quiere decir que está escondida. Los conflictos que no son tratado son los más peligroso, porque pueden explotar en el momento menos esperado. Sea inteligente al tratar con personas enfadadas, no se deje llevar.
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