jueves, 2 de diciembre de 2010

No soy un cuerpo. Soy libre...

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No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(181) Confío en mis hermanos, que son uno conmigo. No hay nadie que no sea mi hermano.

He sido bendecido con la unidad de la que gozo con el universo y con Dios mi Padre, el único Creador de la totalidad que es mi Ser, el cual es eternamente uno conmigo.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(182) Permaneceré muy quedo por un instante e iré a mi hogar.

¿Por qué habría de elegir quedarme un solo instante más donde no me corresponde estar, cuando Dios Mismo me ha dado Su Voz, la cual me exhorta a retornar a mi hogar?


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(183) Invoco el Nombre de Dios y el mío propio.

El Nombre de Dios es mi liberación de todo pensamiento de maldad y de pecado porque es mi nombre, así como el de Él.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(184) El Nombre de Dios es mi herencia.

El Nombre de Dios me recuerda que yo soy Su Hijo; que no soy esclavo del tiempo, que no estoy sujeto a las leyes que gobiernan el mundo de las ilusiones enfermizas, y que soy libre en Dios y eternamente uno con Él.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(185) Deseo la paz de Dios. La paz de Dios es lo único que quiero.

3La paz de Dios es mi única meta, la mira de todo mi vivir aquí, el fin que persigo, mi propósito, mi vida y mi función, mientras habite en un lugar que no es mi hogar.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(186) De mí depende la salvación del mundo.

Se me han confiado los dones de Dios porque soy Su Hijo. Y deseo otorgarlos allí donde Él dispuso que se dieran.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(187) Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo.

La bendición de Dios irradia sobre mí desde dentro de mi corazón, donde Él mora. No necesito más que dirigirme a Él y todo pesar desaparece conforme acepto Su infinito Amor por mí.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(188) La paz de Dios refulge en mí ahora.

Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios. Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(189) Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora. El Amor de Dios es lo que me creó.

El Amor de Dios es todo lo que soy. El Amor de Dios proclamó que yo soy Su Hijo. El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(190) Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor. El dolor es mi propia invención.

No es un pensamiento de Dios, sino uno que yo pensé aparte de Él y de Su Voluntad Su Voluntad para Su Hijo bienamado es dicha y sólo dicha. Y eso es lo que elijo en lugar de lo que yo inventé.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(191) Soy el santo Hijo dé Dios Mismo.

En silencio y con verdadera humildad busco la gloria de Dios a fin de contemplarla en el Hijo que Él creó como mi Ser.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(192) Tengo una función que Dios quiere que desempeñe.

Busco la función que me ha de liberar de todas las vanas ilu siones del mundo.

Solamente la función que Dios me dio puede ofrecerme libertad. Eso es lo único que busco y lo único que aceptaré como propio.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(193) Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda. Una lección es un milagro que Dios me ofrece, en lugar de los pensamientos que concebí que me hacen daño.Lo que aprendo de Él se convierte en el modo en que me libero. Por eso elijo aprender Sus lecciones y olvidarme de las mías.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(194) Pongo el futuro en Manos de Dios. El pasado ya pasó y el futuro aún no ha llegado. Ahora estoy libre de ambos. Pues lo que Dios da sólo puede ser para el bien. Y acepto únicamente lo que Él da como lo que me pertenece.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(195) El Amor es el camino que recorro con gratitud. El Espíritu Santo es mi único Guía. Él camina a mi lado con amor. Y le doy las gracias por mostrarme el camino que debo seguir.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(196) No puede ser sino a mí mismo a quien crucifico. Todo lo que hago, me lo hago a mí mismo. Si ataco, sufro. Mas si perdono, se me dará la salvación.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(197) No puede ser sino mi propia gratitud la que me gano. ¿Quién debe dar gracias por mi salvación sino yo mismo? ¿Y cómo sino a través de la salvación puedo encontrar el Ser a Quien debo estarle agradecido?


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(198) Sólo mi propia condenación me hace daño. Mi condenación nubla mi visión, y a través de mis ojos ciegosno puedo ver la visión de mi gloria. Mas hoy puedocontemplar esta gloria y regocijarme.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(199) No soy un cuerpo. Soy libre. Soy el Hijo de Dios. Aquiétate mente mía, y piensa en esto por un momento. Luego regresa a la tierra, sin confusión alguna acerca de quién es aquel a quien mi Padre ama eternamente como Su Hijo.


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.



No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

(200) No hay más paz que la paz de Dios. Que no me desvíe del camino de la paz, pues ando perdido por cualquier otro sendero que no sea ése. Mas déjame seguir a Aquel que me conduce a mi hogar, y la paz será tan segura como el Amor de Dios. No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

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Tomado de "Un curso de milagros"

Sitio web

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