martes, 15 de septiembre de 2009

Los Cinco Soles o Razas

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Piedra del Sol

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Los Cinco Soles o Razas

Los "hijos del primer sol" (los andróginos divinos de la primera raza), que otrora vivieran felices en la Isla de Cristal, perecieron devorados por los tigres.

Los "hijos del segundo sol" (la segunda raza de la tierra de Apolo), los hiperbóreos, fueron arrasados por fuertes huracanes.

Los "hijos del tercer sol" (los hermafroditas lemures), las multitudes de la raza tercera que antes vivieran en el continente lemúrico situado en el océano Pacífico, perecieron por sol de lluvia de fuego y grandes terremotos.

Los "hijos del cuarto sol", la cuarta raza, (los atlantes), cuya tierra estaba situada en el océano Atlántico, fueron tragados por las aguas”.


(Samael Aun Weor Doctrina Secreta de Anáhuac)


Asombroso es el darse cuenta que en la Piedra del Sol se encuentra escrita la historia misma de la humanidad, de acuerdo a tradiciones antiguas a nuestro sol actual le fueron precedidos cuatro soles o edades cosmogónicas, denominadas Razas por el gnosticismo universal, que en los Anales de Cuauhtitlán, se mencionan en el siguiente orden:

Ocelotl-Tonatiuh (ocelot = jaguar, tonatiuh = sol), también denominado por la fecha 4 Tigre: Nahui Ocelotl (nahui = cuatro, ocelotl = tigre).

Fue la primera y más remota de las épocas cosmogónicas, en la cual los gigantes que habían sido creados por los Dioses, habitaron el planeta. No cultivaron la tierra y vivieron en cuevas recolectando raíces y frutas, siendo finalmente atacados y devorados por los jaguares, indicándonos que esta raza humana logró trascender las cuatro edades por las cuales pasa, generalmente, toda raza humana, a saber:

La Edad de Oro, donde todo es de todos, no existe lo mío ni lo tuyo, rigen los principios cósmicos universales y no existen los defectos psicológicos. Es el mismo paraíso de las distintas religiones.
En la India se le llama Krita Yuga (krita = Obra, yuga = edad), porque es la primavera de cada raza, en la cual “reina la Verdad y se mantiene firme la Justicia, y ningún beneficio reporta la iniquidad a los hombres” (Leyes de Manú, 1, 81).

La Edad de Plata, cuando las cosas se hacen menos espirituales y más identificados con la materia, pero siguen rigiendo los principios cósmicos.
A esta edad se le llama en la India Treta Yuga o Verano de la Raza.

La Edad de Cobre, donde empiezan las guerras, las fronteras, el egoísmo, etc. Es el Dwapara Yuga de la India milenaria u Otoño de la Raza.

Y el Invierno o Kali Yuga, la Edad de Hierro, porque existe la degeneración total, vivo reflejo de lo que hoy en día vivimos.

Los seres humanos de la primera raza lograron trascender las leyes y se conservaron en la Edad de Oro. Eran seres llenos de sapiencia, es decir, fueron devorados por los tigres de sabiduría. Se convirtieron en tigres, guerreros que, como auténticos felinos de la psicología revolucionaria, se han lanzado contra sí mismos, en lucha contra sus propios defectos psicológicos.

“Los aztecas dicen que los hombres de la primera raza fueron gigantes extraordinarios de color negro. Muy civilizada, una raza andrógina, asexual, semi-física, semi-etérica. Los individuos podían reducir su tamaño al de una persona normal de la actual raza aria. Los rituales y sabiduría fueron portentosos. La barbarie no existía en aquella época. Esta raza fue devorada por los tigres de la sabiduría. El regente de esta raza fue el dios Tezcatlipoca. Cada individuo era un Maestro de Sabiduría. La reproducción se realizaba por el acto fisíparo, similar al sistema de reproducción de las células orgánicas mediante el proceso de división celular; así, el organismo padre-madre se dividía en dos. El hijo andrógino seguía sosteniéndose por un tiempo del padre-madre. La primera raza vivió en la Isla Sagrada, situada en el casquete polar norte. Todavía existe dicha isla, pero en estado de Jinas, dentro de la cuarta vertical”.

(Samael Aun Weor. Misterios Mayas)


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Ehecatl -Tonatiuh (Sol de Viento) o Nahui Ehecatl, (4 Viento).

La sabiduría gnóstica afirma la existencia de una segunda raza humana, desenvuelta como la raza primera en las dimensiones superiores de la naturaleza, nombrada como la raza hiperbórea, por ser el lugar donde estuvo asentada, en la parte norte del mundo, en el septentrión, formando como una especie de herradura el Polo Norte.

Se afirma que esta raza fue arrasada por fuertes huracanes, siendo el huracán - en maya y náhuatl - símbolo del hálito divino, del espíritu.

“Formó, pues, El SEÑOR Dios al hombre [del] polvo de la tierra, y sopló en su nariz [el] aliento de vida; y fue el hombre un alma viviente”. (Génesis. Cap. 2 Vers. 7. Biblia de Casiodoro de Reyna. 1569)

Con esto queremos decir que la segunda raza tampoco se degeneró, ellos encarnaron el Espíritu. Las tradiciones de Anáhuac además afirman que los dioses transformaron a las gentes en monos para que pudieran trepar mejor los árboles, es decir, que desarrollaron los frutos del Árbol de la Vida, las virtudes del alma. Se transformaron en monos (Inteligencia) para salir avantes y trepar por los árboles. Desarrollaron los frutos del árbol de la vida (el Ser).

“La segunda raza fue gobernada por Quetzalcoatl. Fue la humanidad hiperbórea, La segunda raza se degeneró y se convirtieron en monos, antepasados de los monos actuales. Se reproducían por el proceso de brotación, tan común en los vegetales, del tronco brotan muchas ramas. Fueron arrasados por fuertes huracanes”.

(Samael Aun Weor. Misterios Mayas)

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Quiahuitl Tonatiuh (Sol de Lluvia de Fuego) o Nahui Quiahuitl (4 Lluvia de Fuego).

Tercera época cosmogónica, denominada por nosotros los estudiantes de la Gnosis como la raza lemur, que se desarrolló principalmente en lo que es hoy el océano Pacífico. Fue una época de incesantes cambios geológicos. La isla de Pascua y parte de México devienen desde aquella época, es por eso que México tiene muchos tesoros arqueológicos y esotéricos de gran trascendencia.

Helena Petrovna Blavatski, Elliot Scott y otros sabios junto a los aztecas, afirman que esta raza fue extinguida por la lluvia y lava de fuego. Los hombres, entonces, fueron transformados en pájaros para salvarlos, de esa manera, del sacrificio.
Los hijos del Tercer Sol o Sol de Lluvia, fueron destruidos por las lluvias de fuego, las que estaban relacionadas con el sur, de donde, decían, provenía el fuego.


El hecho de que se transformaran en pájaros nos hace meditar profundamente en la desaparición de los mayas, que no dejaron rastros. También nos recuerda la no menos asombrosa desaparición de un pequeño pueblo o ciudad de liliputenses, cerca de una aldea de indígenas en Bolivia.

Es obvio que todo esto tiene que ver con el gran salto, con la absorción en la cuarta dimensión. A esta raza se le conoce, también, por el nombre de Lemuria o Mu, el continente - ya desaparecido -, que habitó y que estuvo en el océano Pacífico, del cual la isla de Pascua y Australia formaran parte.

Cuando se dice que se volvieron pájaros, se señala, igualmente, que se unieron al Espíritu, siguiendo la mística trascendental.

“La tercera raza fue la raza Lemur, que habitó lo que hoy es el Océano Pacífico. Perecieron arrasados por el sol de lluvia de fuego (volcanes y terremotos). Esta raza estuvo gobernada por el dios azteca Tláloc. La reproducción era por gemación. La Lemuria fue un continente muy extenso. Los lemures se degeneraron y tuvieron después rostros semejantes a pájaros, por eso los salvajes, recordando la tradición, se adornaban con plumas en la cabeza”.

(Samael Aun Weor. Misterios Mayas)

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Atonatiuh (Sol de Agua) o, también, Nahui Atl (4 Agua).

Fueron los hijos del Cuarto Sol o Sol 4 Agua, correspondiente a Chalchitlicue (Diosa de las Aguas) Tonatiuh. Está representada por una vasija llena de agua que sirve de marco a Chalchiutlicue, esposa de Tláloc (Dios de las Lluvias).

Representa la cuarta época, tan mencionada por multitud de sabios de todas las épocas, principalmente por tratarse de la raza que nos precedió: la de la Atlántida, que constituyó una inigualable civilización, pues unió la ciencia a la mística trascendental, logrando con ello portentos extraordinarios que no han sido logrados por nuestra actual civilización.


Geográficamente se ubicó en un continente del océano que rememora su nombre: el Atlántico. Herederos de los atlantes son los egipcios, mayas, incas, etc., con todas sus similitudes en arquitectura, religión y cultura.

Esta raza sí se degeneró. En su Edad de Hierro, se mancharon con los defectos psicológicos (la ira, lujuria, orgullo, pereza, gula, envidia, etc.). Al desarrollar manifiestamente sus vicios y olvidarse del Corazón del Cielo (lo espiritual, entre los mayas), la raza pereció a causa de terroríficas tempestades y torrenciales lluvias que cubrieron la tierra, alcanzando los picos de las montañas más altas.

“Los dioses cambiaron a los hombres en peces para salvarlos del diluvio universal”…

Los hijos del cuarto sol perecieron por las aguas, se transformaron en peces, es decir, fueron devorados por el océano. Fueron peces. Sin las aguas puras de vida, no es posible la regeneración del ser humano. Los que siguieron la sabiduría del pez fueron salvados, el resto sucumbió entre las aguas del Gran Diluvio. Solamente a través del autoconocimiento es posible la salvación.

“La cuarta raza fueron los atlantes y estuvo gobernada por el dios azteca Atonatiuh. Terminó con una gran inundación. Las tribus precolombinas de América son descendientes de esta raza, también los chinos primitivos y los primitivos egipcios, etc.”(Samael Aun Weor. Misterios Mayas)

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Olin Tonatiuh (Sol de Terremoto), también llamado Nahui Olin (4 Temblor), debido a que hay cuatro puntos numerales que lo acompañan, de la misma forma que acompaña este numeral a los cuatro soles anteriores.

Esta es la quinta época en su Edad Solar; indicando además la siguiente destrucción de la vida humana en el mundo por medio de terremotos, fuego y vapor de agua.
Somos nosotros los hijos el quinto sol, representado por el mismo Tonatiuh. A esta raza se le conoce además con el nombre de raza aria.


“La semilla de nuestra raza aria es nórdica, pero al mezclarse con los sobrevivientes atlantes dio origen a las subrazas del tronco ario. La primera subraza floreció en el Asia Central. La segunda subraza se desenvolvió en la India y todo el sur del Asia. La tercera subraza creó las poderosas civilizaciones de Babilonia, Caldea, Egipto, etc. La cuarta subraza se desarrolló en Grecia, Roma, Italia, etc.”

“La séptima sub-Raza ARIA todavía no existe, pero existirá y estará formada por los sobrevivientes del Nuevo Gran Cataclismo que muy pronto destruirá a la raza Aria. En aquellos reinos hoy desaparecidos del Asia Central y cuyas ruinas todavía existen en los Himalayas, alrededor del país del Tibet, en aquellos otros países como Gobilandia, Marapleicie, etc. todos ellos situados en el corazón del Asia, existieron las poderosas civilizaciones espirituales de la primera sub-raza aria.” (Samael Aun Weor: Cuerpos Solares).

En el canto del calendario azteca, se representan los ciclos con el signo del planeta Venus y las razas que continuarán, sexta y séptima, para concluir con el octavo sol o infinito.

A la sexta futura raza o nuevo ciclo solar se le llamará la raza Koradhi, y a la séptima y última raza, no se sabe su nombre, algunos autores le han denominado como una raza de liliputienses.

Al igual que las razas anteriores, la Raza Aria atravesó ya por sus cuatro edades: La de oro, plata, cobre y hierro, en éstos momentos nos encontramos en la última etapa, en la cual se ha olvidado nuevamente el corazón del cielo (los principios espirituales), el materialismo se ha desarrollado a costa del alma y sus virtudes, los intereses egoicos y las guerras son cada vez más palpables; el ser humano ha descuidado su alma para dedicarse más al cuerpo.

La degeneración sexual es evidente, el deterioro de la naturaleza ahora es irreparable. Cada día que pasa aumenta la crueldad y maldad entre los hombres. La envidia, la codicia, el odio crecen inevitablemente y la humanidad completa está sumergida en un estado inhumano que es considerado algo natural.

Es por ello que en estos momentos ha iniciado la selección de los habitantes para la futura raza. La semilla será seleccionada de entre aquellos que estén dedicados a trabajar con los tres factores de la revolución de la conciencia: Nacer (trabajo con las energías creadoras),
Morir, (desintegración de los agregados psicológicos) y Sacrificio por la humanidad, (entregar el camino de la auto realización a todas las almas anhelantes).


La gnosis es la antorcha que se ha encendido para alertar a aquellos que buscan un cambio radical en su existencia.

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Leer más: http://www.samaelgnosis.net/calendario_azteca/index.html

1 comentario:

  1. Queremos agradecer al venerable Maestro Samael por su ayuda e inspiración para concretar nuestro sueño musical llamado "Ethnoaural"

    www.myspace.com/barbelomusic
    www.cdbaby.com/cd/barbeloreyes

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