Pararse en la luz para crear desde el corazón la realidad de la luz misma.
La unidad que simplemente ES porque no existe otra verdad.
Las espectativas que no son, porque la mente pierde su prioridad.
Por siempre Ahora.
El Ahora que deja de ser ahora porque el 'después' tampoco existe, y solo la eternidad nos enlaza.
La fraternidad nos vincula en un mundo donde todo rasgo del mundo viejo se desvanece: el miedo, las dudas, los juicios, el sacrificio, el sufrimiento, el dolor, los ruidos. Todo eso se vuelve inconcebible.
Todos debemos hacerlo.
Todos debemos comprender que es absurdo dañarnos a nosotros mismos:
Si Todos somos Uno, lo de cada uno repercute en Todos y la unidad se quiebra.
Vivir en Paz, Confiar, Saber, Fluir, Ser: no solo es posible , sino que en eso consiste nuestra existencia, dejemos ya de adoptar el caos, porque el mismo no existe, ni construye, ni transciende. Y si acaso es lo único que vemos, sepamos que somos libres para elegir y voltear la mirada, y construir desde nuestro ser la armonía y la luz, y hermanarnos en ella.
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